La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que transcurre de forma progresiva afectando tanto sistema nervioso central como al periférico, por ello presenta síntomas motores y no motores. Lo que ocurre en el cerebro de personas afectadas de Parkinson es que las células encargadas de sintetizar la dopamina se ven deterioradas. Por lo tanto, al haber una reducción en la producción de dopamina (sustancia que lleva a cabo todos los actos motores) se produce esa característica lentitud de movimientos.
Sin embargo, con la enfermedad de Parkinson no solo se presentan estos famosos síntomas, también afecta a múltiples áreas del organismo que explicaremos a continuación.
Pero antes de nada, debes saber por qué la enfermedad es llamada Parkinson. Fue todo a raíz del médico inglés James Parkinson, quien describió los síntomas por primera vez de la enfermedad en su ensayo “Un ensayo sobre la parálisis agitante” en 1827. Cuatro décadas más tarde, el doctor Jean-Martin Charcot añadió algunos matices a la descripción de James, y bautizó a la enfermedad con el nombre de su descubridor: Parkinson
Actualmente se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, aun así, se tienen en cuenta la edad, los factores genéticos y condiciones medioambientales.
No existe una prueba específica para detectar la enfermedad, sin embargo, se puede diagnosticar mediante una exploración física debido a los primeros síntomas (bradicinesia, temblor en reposo, rigidez muscular…), evaluación neurológica así como de antecedentes médicos.
Cuando el paciente presenta dolores articulares, cansancio, arrastro de un pie, dificultades al escribir (o escritura pequeña) o cuadro depresivo alargado en el tiempo puede ser determinante para detectar la enfermedad de Parkinson.
Una vez se sospecha de la enfermedad se suele realizar el SPECT cerebral, una prueba muy útil para el diagnóstico puesto que funciona como biomarcador, y que evidencia la disminución de los receptores dopaminérgicos.
Muchas veces se realizan pruebas complementarias para detectar otros posibles trastornos del movimiento.
Como hemos mencionado anteriormente, la EP (Enfermedad de Parkinson) se debe a una afección neurodegenerativa que afecta tanto al sistema nervioso central como periférico, por lo que provoca que haya síntomas tanto motores como no motores. Aun así, no todas las personas afectadas por la enfermedad van a tener los mismos síntomas.
Los principales signos de la enfermedad son:
Y entre otros síntomas motores podemos encontrar:
Los principales signos de la enfermedad son:
En cada persona el Parkinson surge y se manifiesta de forma muy diferente por lo que el tratamiento debe estar pautado de forma específica a las necesidades de cada paciente. Podemos diferenciar los tratamientos farmacológicos y los tratamientos no farmacológicos que realizamos y trabajamos cada día en nuestro centro de rehabilitación en la Asociación de Parkinson de Toledo. Nos centramos en estos dos tratamientos, aunque también existen tratamientos quirúrgicos y terapias avanzadas.
Como bien sabéis, no existe por ahora una cura para la EP. Mientras tanto, existen fármacos que su objetivo principal es devolver esa sustancia suficiente de dopamina que necesita el cerebro para mejorar sus síntomas y calidad de vida. Como depende de la edad, la gravedad de la enfermedad, los trastornos asociados que presente o las características clínicas, se deberá también estudiar qué tipo de fármaco se suministra a cada paciente.
Al igual que con los tratamientos farmacológicos, cada paciente necesitará una rehabilitación distinta ya que puede presentar síntomas muy distintos a otra persona afectada de Parkinson.
Por ello, en nuestro centro de rehabilitación contamos con distintas áreas:
Los Parkinsonismos son patologías parecidas a la enfermedad de Parkinson, pero que se diferencian en algunos de sus síntomas así como de su evolución. A veces, se presentan casos de Parkinsonismos que no están producidos por la carencia o disminución de dopamina (como ocurre con la EP) sino que se debe al incorrecto funcionamiento de los receptores. Es decir, la causa es diferente aunque lo síntomas sean muy parecidos: